La clave de éxito del proyecto recae en gran medida en el resultado de la intervención metodológica a nivel educativo, donde tiene en cuenta la multiplicidad de factores a trabajar por la recuperación de cada uno/a de los/as jóvenes. Cada joven tiene un itinerario y proceso diferente y por tanto una temporalidad de evolución diferenciada. Se debe de proporcionar experiencias que permitan a los/as jóvenes desarrollar perspectivas más sanas y realistas.

Del mismo modo, las personas se recuperan mejor y de forma más eficaz si tienen una vivienda. Se tienen en cuenta las características, circunstancias, diversidad y la evolución  de cada joven, que nos tiene que permitir validar cuál es el tipo de vivienda que los ofrecemos a cada caso y en cada momento.

Para trabajar con el/la joven, el primer paso de la intervención educativa es el vínculo que se pueda generar entre el/la joven y el/la educador/a, el que nosotros/as entendemos por relación educativa. Sin esta relación educativa y la voluntad del/la joven al participar, no sería previsible ninguna evolución, ni resultados positivos. Destacando hasta ahora el excelente trabajo de calle del equipo en primera línea, y de todas las situaciones de conflicto y violencia que se han encontrado en algunos momentos.